martes, 18 de agosto de 2015

Entiéndeme

Ya lo dice mi madre:

Necesitas un mundo para ti sola, Lorena.

Y es cierto; aunque me jode reconocérselo, es cierto. A veces necesito un mundo para mí, para aguantarme, para pasar mis tormentas mentales. Tengo momentos en los que mi cabeza entra en un bucle emocional. Sí, hay razones por las que esto ocurre. No, no te las voy a dar, jamás se las dí a nadie. Y cuando pasa, me alejo y desaparezco. Me alejo para no dañar. Y no, no puedes ayudarme. No te molestes, de verdad, porque para estos momentos, la mejor ayuda posible es dejarme en mi soledad.

Ya lo dice mi madre, que dice muchas cosas:

Qué complicada eres, Lorena.

Pues no. No soy complicada; es más, me considero una persona bastante sencilla y práctica. Sois los demás los que no lo pilláis. He elaborado una especie de manual de instrucciones, porque creo que es necesario para los que no me conocéis pero sobre todo para los que creéis conocerme. Todos deberíamos nacer con uno debajo del brazo.

Ahí va.


Cuando me aleje, cuando desaparezca, tendrás que entenderlo.
Tendrás que entender que quiero estar sola en ese mundo que dice mi madre que necesito.
Tendrás que entender que hay una parte de mi vida de la que no quiero hablar, esa parte de mi vida que provoca todo esto, que no quiera ver a nadie, que no te aguante. Que no me aguante.
Tendrás que entender también que no quiero tu ayuda, que no te la he pedido, no la necesito.
No preguntes, no insistas, no pretendas descubrirlo.
Entenderé que pienses que es egoísmo o que no confío en ti como para poder desvelar esa parte de mi vida que me atormenta, pero tú tendrás que entender que no quiero destapar mis debilidades para que los demás las empleéis en hacerme daño cuando quede desarmada. Tú tampoco deberías hacerlo, lo entenderé.
Tendrás que entender que piense así aunque me asegures, prometas y jures que nunca me harías daño. Probablemente tengas razón, pero no es nada personal, de verdad, es sólo que las cicatrices hacen algo más que dejar una permanente marca en la piel o en el corazón.

Me paso la vida entendiendo a los demás o, al menos, me esfuerzo en hacerlo. Por eso entiendo que te enfades ante tanto misterio, que te entre frustración, que tú también pasas lo tuyo y no te andas con tantas gilipolleces. Y como te entiendo, entenderás que pida lo mismo.

Todo sería más sencillo si naciéramos con un manual de instrucciones debajo del brazo, pero resulta que la vida no se inventó para que fuera sencilla.

Y recuerda:

Nunca te desarmes del todo si no vas a saber defenderte desnudo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario