Este tema resulta bastante controvertido, me cuesta afrontarlo con un mínimo de objetividad y estoy convencida de que va a haber mil y una opiniones al respecto, cuyo porcentaje a favor y en contra puede que sea bastante dispar. La verdad es que me gustaría conocerlas; como siempre digo, a través de este medio intento no sólo que me conozcáis, sino también conoceros, aprender y modificar o mantener mis pensamientos y convicciones. Y quiero que quede bastante claro que no pretendo en absoluto generalizar. Tipos de amores hay muchos, y en este caso me voy a centrar en el amor romántico, porque me crispa que aún en pleno siglo XXI se esté extendiendo, especialmente entre los jóvenes y las jóvenas*.
¿Qué es el amor romántico?
Es un modelo de amor idealizado cuyo sentimiento es mucho más intenso, anteponiendo las emociones al placer físico y sexual. Sus características son fáciles de distinguir, pues este tipo de amor es el más difundido a través de relatos, películas y canciones:
- Es un amor para toda la vida (te querré siempre).
- Es un amor exclusivo (eres el amor de mi vida).
- Es un amor incondicional (pase lo que pase, jamás dejaré de quererte).
- Es un amor que implica un grado de renuncia (te quiero más que a mi vida, lo dejaría todo por ti).
Qué bonito, ¿verdad? Es todo tan rosa, tan dulce, tan cuqui, tan... romántico... Tanto, que estoy a punto de sufrir una diabetes; eso o vomitar, aún no lo tengo claro. Mientras escribo esto, empiezo a entender por qué mis amigos me llaman "el anticristo del amor" o me dicen "si te hicieras con el arco y las flechas, matabas a Cupido". Analicemos detenidamente los cuatro puntos de arriba.
